La moda del “piiiiiiiiii”

Una de las grandes aportaciones a la sociedad del fenómeno “Gran Hermano” fue la proliferación de palabras malsonantes que debían ser “silenciadas” con un pitido que no dejara oir el improperio.
Al principio nos llamaba mucho la atención, entre otras cosas porque, según una teoría estrictamente personal, los tacos, dicho delante de una cámara, son sobredimensionados y suenan mucho peor que en una conversación normal donde pueden pasar casi desapercibidos.
La cuestión es que se generalizó tanto su uso, y por ende el uso del pitido, que buena parte del audio de los cortes emitidos estaban ocupados por el dichoso sonidito. Tanto es así que los programas empezarón a caricaturizar el efecto.
Pero aún hemos ido más lejos. No contentos con el daño causado a las maleables mentes de nuestros jóvenes, el mundo de la publicidad (tan original y creativo en otras ocasiones) usa este burdo recurso en un intento de qué se yo.
Y encima son ya dos los spots que he visto esta misma noche que utilizan el dichosono sonido de los (piiiiiiiiiiii).

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